Con Maracas en mano, al ritmo del cuatro, ataviados con trajes de vistosas telas y con los rostros cubiertos de un fino velo, los integrantes de la cofradía Diablos danzantes de Patanemo expresaron su fe y gratitud al Cuerpo de Cristo. Dicha tradición tiene más de 300 años y en el 2012 fue declarada por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura (Unesco), como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad.